"El portabebés funciona como un vientre de transición que permite prolongar y fortalecer el lazo entre padres e hijos, contribuyendo al desarrollo afectivo del bebé, al mismo tiempo que permite a los padres ocuparse de sus actividades cotidianas.
Llevar consigo al bebé guarda una estrecha relación con lo que se conoce como el apego parental. Junto con la lactancia, el estar atentos a las necesidades del bebé y el contacto piel a piel, permite a los padres establecer una buena comunicación con su bebé desde el comienzo, logrando así una experiencia de maternidad/paternidad más relajada y gratificante tanto para los padres como para los niños.
Llevar al bebé también quiere decir «cargar» en el sentido amplio de la palabra. En vez de «depositar» a nuestros bebés en diferentes dispositivos (coche, silla para automóvil, etc.), podemos cargarlos permanentemente, compartir con ellos nuestro calor, el ritmo de nuestra respiración, el sonido de nuestra voz. Esto quiere decir que estamos pendientes de las necesidades de nuestro bebé y que queremos establecer una buena comunicación con él. En síntesis, llevar a nuestro hijo con nosotros es una manera de hacerle saber que estamos disponibles para él en todo momento y que los lazos que tejimos juntos durante nueve meses no se deshicieron en el momento de dar a luz."